“Las Actividades Lúdicas: diversifican, enriquecen, educan y permiten la recreación y la amistad entre las personas”
La Actividad Lúdica favorece la autoconfianza, la autonomía y la formación de la personalidad, convirtiéndose así en una de las actividades recreativas y educativas primordiales.
En todas las culturales se ha desarrollado esta actividad de forma natural y espontánea, pero para su estimulación precisa de capacitadores especializados que la dinamicen, de espacios, de tiempos idóneos para poder compartirla con compañeros y compañeras, de juguetes que la diversifiquen y enriquezcan, de ambientes y climas lúdicos que faciliten su espontaneidad y creatividad.
Surgen así las Actividades Lúdicas en las instituciones; como recreación necesaria para que las personas puedan optimizar las posibilidades descritas y como singular espacio destinado al juego, necesario en nuestra sociedad actual.
Las Actividades Lúdicas dentro de las instituciones se formalizan así porque hoy se tienen dificultades para entablar este tipo de juegos con libertad en plazas, parques o paseos destinados a tal fin. Se trata de obstáculos relacionados con la insuficiencia de espacio: viviendas reducidas, la calle no contempla lugares suficientes para el juego entre personas adultas, los parques son lugares poco equipados e inseguros, etc.
A esta realidad habría que añadir la merma de posibilidades para encontrarse con compañeros, la dificultad para recibir visitas de amigos y jugar juntos en el propio hogar, las escasas relaciones con los vecinos, o, simplemente, que muchos adultos mayores ni siquiera tienen amigos con quienes compartir este tipo de juegos.
Aunque el deseo de esparcimiento es espontáneo, tanto en el adulto mayor como en el niño, las Actividades Lúdicas canalizan sus esfuerzos para potenciar el desarrollo de la personalidad infantil y el mantenimiento de la memoria en los adultos mayores; coinvirtiéndose así en una actividad placentera y en un instrumento de aprendizaje importantísimo. No son simplemente lugares donde se pasa parte del tiempo, sino una herramienta muy valiosa para la recreación, el enriquecimiento personal y el fomento de la amistad.
Así, las Actividades Lúdicas, tratan de:
Rescatar el juego tradicional y contrarrestar los efectos negativos de la cultura de la imagen impuesta por la televisión, con alternativas donde se formen imágenes autogeneradas desde el juego creativo y simbólico.
Ser un espacio para el uso del juego libre y como método de aprendizaje y desarrollo de competencias, habilidades y conductas deseadas, que en esta edad deben mantenerse.
Ser una alternativa que, yendo más allá del espacio, se convierta en una filosofía dentro de una institución que promueva el desarrollo crítico y creativo.
Esto equivale a hablar de la Actividad Lúdica que surge de un proceso genuino de construcción colectiva, que ideal y factiblemente debe seguir criterios como:
Organizar grupos de trabajo desde el inicio con la participación de los adultos mayores.
Dejar claras las reglas de funcionamiento, acordarlas y concertarlas, particularmente el manejo de la toma de decisiones.
Generar una dinámica del conocimiento que posibilite a los adultos mayores organizar sus saberes, ampliarlos con el conocimiento formal y traducirlos en herramientas y técnicas, y que principalmente alimenten los procesos de reflexión, la toma de conciencia y la capacidad de decisión que cualifique toda acción.
Las Actividades Lúdicas deben ser promovidas por la propia administración pública o por entidades privadas, proporcionando así un espacio seguro y atractivo para los adultos mayores, donde pueden desarrollar habilidades, estimular su afectividad y mantener hábitos de convivencia; además de permitir a mayor número de personas acceder a unos recursos lúdicos que normalmente están fuera de sus posibilidades.